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El Insomnio, un enemigo cercano

Es una de las causas más frecuentes por la cual muchas personas acuden a consulta cada día, presentándose como síntoma único o asociado a otros trastornos, se incrementa con la edad o con situaciones agudas que desarrollan estrés.

Según investigaciones, casi la mitad de los casos de insomnio crónico tienen una causa psiquiátrica, el resto está relacionado con enfermedades médicas y trastornos del sueño.

El insomnio primario se diagnóstica cuando no se identifica la causa, esto quiere decir que el médico investiga algunas enfermedades que pueden causar este síntoma sin poder llegar a justificarlo por esta vía. La higiene del sueño y el tratamiento de los trastornos subyacentes constituyen la aproximación terapéutica inicial del insomnio.

Trataremos de que al final de la lectura de esta revisión bibliográfica, usted entienda en que consiste la enfermedad, los tipos de Insomnio para que pueda identificar el suyo y qué medidas se pueden tomar para saneamiento de este, así como el papel fundamental que tiene su médico en el diagnóstico correcto, seguimiento y tratamiento escalonado, con supervisión regular para evitar adicciones.

Causas frecuentes de insomnio y su tratamiento

• Insomnio por mala higiene del sueño y hábitos inconvenientes Como ocurre con cualquier ritmo biológico, los hábitos nocivos del sujeto pueden alterar la periodicidad de una función. La irregularidad de los ciclos de sueño-vigilia con ausencia de horarios estables para acostarse y levantarse, junto con variaciones en las costumbres sociales y horarios de desayuno, comida y cena, etc., provocan “debilidad” o desincronización de los ritmos sueño-vigilia. Esto conlleva una escasa propensión al sueño nocturno y tendencia a la somnolencia diurna. El abuso de sustancias excitantes como café, té, refrescos con cola y fármacos estimulantes del SNC debe obviamente proscribirse. El alcohol puede facilitar el inicio del sueño, pero posteriormente lo fragmenta

• Insomnio psicofisiológico En general los seres humanos asociamos el dormitorio con el sueño y tras diversos ritos preliminares (colocarse el pijama, lavarse los dientes, etc.) habitualmente caemos dormidos con facilidad en el escenario adecuado. El insomnio psicofisiológico consiste en un condicionamiento psicológico inverso en el que se desarrolla una progresiva asociación de la habitación y la cama con la vigilia. De hecho, estos pacientes pueden caer dormidos cuando no se lo proponen y mejoran sustancialmente cuando duermen en una habitación inhabitual, por ejemplo, en un hotel. Este trastorno es frecuentemente agudo y autolimitado (insomnio situacional, relacionado con un evento estresante determinado), pero puede perpetuarse.

• Alteraciones psiquiátricas asociadas con insomnio En casi 3 de cada 4 pacientes con insomnio crónico la causa es psicopatológica, frecuentemente depresión y/o ansiedad, pero también psicosis y dependencia de alcohol o drogas.

• Alteraciones cronobiológicas

La asincronía de los periodos de vigilia y sueño con respecto al ciclo geofísico día/noche ocasiona que el paciente no pueda dormir cuando lo desea, o cuando se espera que lo haga, de acuerdo con los hábitos normales de la sociedad, aunque el tiempo total de sueño en 24 horas sea normal. Esto conlleva la aparición de periodos de sueño o vigilia en horas inoportunas con la consecuente queja de insomnio o somnolencia diurna. 

  1. Adelanto de fase. -  El periodo intrínseco del marcapasos circadiano humano se acorta con la edad, probablemente a partir de la 6ª década de la vida, provocando el patrón característico de dormirse temprano y despertarse precozmente.
  2. Retraso de fase. - Este síndrome se caracteriza por dificultad severa para iniciar el sueño a la hora convencional o deseada, y dificultad extrema para levantarse por la mañana a la hora prevista
  3. Ritmo vigilia-sueño irregular. - Consiste en la distribución caótica de los periodos de sueño y vigilia durante el día y la noche
  4. Trabajo en turnos cambiantes. - Los cambios de turno laboral pueden ocasionar insomnio o excesiva somnolencia de forma transitoria. Para facilitar la adaptación a los cambios de horario laboral debe aumentarse la intensidad de luz durante las horas de trabajo y propiciar una obscuridad estricta en las fases de descanso.
  5. Síndrome del cambio rápido de zona horaria (Jet lag). - Durante los viajes transoceánicos rápidos (en avión), se produce una desincronización transitoria del ciclo sueño-vigilia provocada por desajuste entre el horario geofísico del punto de partida y el de llegada. En otras palabras, el reloj biológico interno es expuesto a otro ciclo geofísico al cual debe adaptarse. El reajuste ocurre a una velocidad de 88 minutos por día si se viaja al Oeste y de 55 minutos al día si se viaja al Este. Durante el periodo de desincronización los sujetos experimentan insomnio o hipersomnia diurna. Además, pueden notar irritabilidad y alteraciones de memoria. 
  6. Pseudoinsomnio. - También llamado insomnio subjetivo (“sleep misperception insomnia”) es un intrigante trastorno en el que los pacientes reclaman que no duermen mientras el Estudio del Sueño atestigua unos ciclos de sueño completamente normales. Estos pacientes deben ser referidos a un psiquiatra porque casi siempre existe un trastorno psicopatológico subyacente.
  7. Insomnio por enfermedades médicas y neurológicas. -  Diversas enfermedades médicas pueden ocasionar insomnio por la irrupción de síntomas nocturnos como dolor, disnea, tos, reflujo gastroesofágico, nicturia, etc., que pueden dificultar la conciliación del sueño o interrumpirlo
  8. Síndrome de las piernas inquietas. - Consiste en la percepción de discomfort en las piernas con una irresistible necesidad de moverlas, o incluso deambular, para aliviarse. Este discomfort aparece en los periodos de inactividad, particularmente por la noche, en la transición de la vigilia al sueño. Este trastorno es común y afecta al 10% de la población y por tanto constituye una de las causas frecuentes de insomnio.

 La mayoría de los casos son idiopáticos y con historia familiar en un 50%.  Este síndrome se asocia con deficiencia de hierro, neuropatías periféricas e insuficiencia renal crónica.

 La influencia hormonal ha sido constatada, y se ha observado que casi la cuarta parte de las mujeres grávidas lo padecen. Además, se han constatado exacerbaciones durante la menstruación y en la menopausia.

  

Tratamiento general del insomnio

El objetivo del tratamiento es identificar y corregir la causa que lo provoca, y evitar enérgicamente su perpetuación. El tratamiento debe dirigirse a la enfermedad fundamental que provoca el insomnio.

Cuando esta opción no mejora el sueño nocturno, debe considerarse la oportunidad de instaurar un tratamiento sintomático, farmacológico o no farmacológico, del insomnio. En muchos casos deberá simultanearse el tratamiento del proceso médico o psiquiátrico subyacente y el propio del insomnio.

En general se considera atinado el tratamiento hipnótico transitorio para el insomnio agudo, que suele depender de un factor estresante circunstancial.  Sin embargo, lo más frecuente es que el paciente se presente con una historia de insomnio crónico, estado que conlleva una dificultad terapéutica importante.

 

Tratamiento farmacológico

Los hipnóticos deben, en general, desaconsejarse como tratamiento del insomnio crónico. Como primera elección debe permitirse una oportunidad al escrutinio diagnóstico que pueda esclarecer la causa y facilitar su resolución. Sin embargo, los pacientes deben dormir, y en esos casos se asume, como mal menor, prescribir hipnóticos administrados de forma intermitente, 2-3 veces por semana. Esta terapia intermitente evita la tolerancia y adicción. Como norma general se recomienda no prolongar más de 8 semanas el tratamiento hipnótico y asociarlo a otras medidas no farmacológicas.

Desde Central Médica le recordamos que solo su médico puede recomendar tratamientos farmacológicos. El que un medicamento sea beneficioso para una persona no lo convierte en adecuado para todos, no se arriesgue a sufrir los efectos indeseables de estos medicamentos, consúltenos.

 

Tratamiento no Farmacológico

·         Relajación. En individuos ansiosos o tensos puede ser pertinente propiciar el sosiego necesario que los prepare para el sueño. Diversas técnicas pueden promover la relajación física y mental: respiración abdominal, yoga, hipnosis, meditación, sugestión etc.

 ·         Estímulo control. Esta técnica está basada en el principio de que fortalecer la relación entre la cama, la alcoba y el sueño propicia una sensible mejoría del insomnio. Permanecer en cama despierto propicia que el paciente relacione la cama con la vigilia nocturna en lugar de con el sueño.  La frustración que genera el fracaso en conciliar el sueño hace que se cree una asociación negativa entre los rituales presueño y el ambiente de la alcoba. Este proceso condicionante hace que los pacientes asocien los rituales presueño con aprensión y vigilancia en lugar de con relajación y somnolencia.  Para conseguir una estrecha relación cama-sueño y disminuir el componente condicionante del insomnio, los pacientes son instruidos a adherirse a las siguientes normas:

  1. Vaya a dormir solo cuando tenga sueño.
  2. Utilice la cama solo para dormir y para las relaciones sexuales. No debe comer, leer, ver la TV, escuchar la radio o trabajar en la cama.
  3. Si no consigue dormirse en 15 minutos, salga de la cama, vaya a otra habitación y haga alguna actividad relajante, intrascendente, y después retorne al lecho si se encuentra de nuevo somnoliento.
  4. Repita el paso 3 cuantas veces sea necesario.
  5. Coloque la alarma del despertador a la misma hora cada día y levántese siempre a esa hora.
  6. No realice siestas, el desarrollo de esta técnica puede provocar una deprivación de sueño significativa, pero de hecho esto aumenta la somnolencia y por tanto refuerza la propensión a dormir en las siguientes noches. 
  7. Eliminar fármacos prescindibles que pueden contribuir a las alteraciones del sueño
  8. Eliminar alcohol, cafeína y nicotina.
  9. Exposición a la luz brillante durante la mañana.
  10. Mantener unos horarios sociales y de comidas regulares.
  11. Terminar la cena 2-3 horas antes de acostarse.
  12. Evitar siestas innecesarias o prolongadas.
  13. Horario regular de vigilia y sueño, acostándose y despertándose a la misma hora.
  14. Realizar ejercicio físico regularmente, pero no en las 3-4 horas previas a acostarse.

 

 ·         Restricción de sueño. La disminución del número de horas de sueño aumenta la presión del sueño. El tiempo total de sueño que se permite es considerablemente menor que el que el paciente habitualmente emplea por la noche. Por ejemplo, si el paciente indica que de las 7 horas que permanece en cama duerme solo 5, se restringirá el tiempo en cama a 5 horas. La acumulación de la deprivación de sueño provocará que el paciente esté dormido la mayor parte de las 5 horas que yace en cama. En ese momento, se permiten incrementos de 15 minutos cada vez que la eficiencia del sueño (tiempo en cama/tiempo dormido) sea de 85-90%. Si la eficiencia del sueño es menor de 80% se disminuye el tiempo en cama 15 minutos.

·         Fitoterapia. Los tratamientos “naturales” tienen una gran aceptación entre los insomnes al menos como primera medida terapéutica.

No inducen dependencia física ni síndrome de abstinencia, ni presentan interacciones con otras sustancias.

Existen tres sustancias fundamentales con acciones hipnóticas.

  1. Valeriana (Valeriana officinalis). Se emplea su raíz que contiene principios activos.   La dosis es de 1-3 g de valeriana tomados media hora antes de acostarse.
  2. Sumidad de Pasiflora (Passiflora incarnata). La dosis recomendada es de 0.5-2 g (2.5 g en infusión ó 1-4 ml en tintura).
  3. Estróbilo de Lúpulo (Humulus lupulus). 0.5 g en infusión, 0.5-2 ml de extracto fluido ó 1-2 ml de tintura son las dosis recomendadas como tratamiento del insomnio.

 

Conclusiones

Constituye una de las quejas más frecuentes de la humanidad. En la mayoría de las ocasiones se trata de un síntoma entre numerosas alteraciones médicas y psiquiátricas y su tratamiento eficaz depende del conocimiento de la causa que lo produce.

El uso de medicamentos Hipnóticos (Trankimazin, Orfidal, Noctamid, Lexatin, ect.), antidepresivos (Escitalopram, Mirtazapina, Xeristar, ect), su uso únicamente lo justifica la prescripción facultativa, no permita que otras personas le administren estos medicamentos, pueden ser peligrosos.

En cambio, el uso de un tratamiento alternativo no farmacológico y otras medidas generales, constituyen una alternativa viable que usted debería aplicar ante una situación de trastorno del sueño.

 

 

 

 

 

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