Muy de Confianza
¿Qué es la zona de Confort? ¿Estamos a salvo en ella? ¿Es obligatorio salir para estar bien?
Hoy les quiero hablar de un tópico que no por repetido deja de ser interesante, se trata de la Zona de Confort.
Muchos conceptos se manejan para definirlo, pero considero este el más cercano a nuestra manera de ver la situación: Es el sitio mental donde te desenvuelves cada día, de forma segura, rutinaria, la conoces muy bien y siendo apática o excitante, tranquila o dinámica, agradable o no es lo que te hace sentir una sensación de seguridad, sientes que controlas lo que en ella ocurre y crees estar preparado para tolerar sus variaciones, nunca para abandonarla.
El miedo es un reflejo humano a lo desconocido y en este caso a perder lo que tienes, aquí te sientes a salvo, pero puede ser una falsa percepción, para otros lo único que conocerán.
A este lugar psicológico llegas consumiendo años de tu vida, con aptitudes ganadas, con experiencias y construyendo un refugio seguro para tu estado mental y a pesar de que estas experiencias no sean positivas, te preparas para afrontarlas de manera tranquila porque las conoces de siempre y muy bien.
¿Tendría que salir de mi Zona de Confort obligatoriamente? Probablemente la respuesta sea No, solo aquellos que tengan sed de conocimiento, intención de nuevo aprendizaje, quieran experimentar un cambio, despertar un proyecto, emprender, hacer realidad una idea o sueño, rehacer su vida, desarrollarse a sí mismo como persona, vencer una situación anterior y una sucesión de innumerables argumentos serían suficientes para saltar a la siguiente zona, de Pánico para unos y de Grandes Retos o Mágica para otros.
Esta siguiente etapa requiere de un valor especial, necesitas utilizar tu tiempo sin desperdiciar casi nada, enfrentarte a tus miedos para poder crecer, tener confianza en ti mismo y seguir tu instinto, centrarte en tu objetivo, superar el escenario de un posible fracaso, si así fuera tomar lo positivo y convertirlo en experiencia, romper rutinas y disfrutar de cada momento del proceso de cambio emprendido, soñar y ponerle fecha de caducidad a este sueño, trabajar, investigar, prepararse y no olvidar regresar a la Zona de Confort a recoger aquellas cosas que han sido importantes para ti y que al salir corriendo dejaste apartadas, ahora es el momento de desempolvarlas para un uso mejor.
La clave podría estar en ir poco a poco, poniéndote a prueba, pero sin llevarte al límite, planteándote metas asequibles, haciendo las cosas de manera diferente sin caer en la búsqueda permanente de experiencias nuevas que al final pueden producir apatía.
Rodéate de personas que compartan tus intereses, que se motiven con tus cambios e intenciones, que les importe lo que haces y confíen plenamente en tus capacidades, tejiendo lo que se conoce como una red de apoyo, haciéndote sentir cada vez más que la decisión tomada es la adecuada.
Considera que si quieres algo debes trabajar muy duro para conseguirlo, creer en lo que haces y darlo todo sabiendo que no perdiste tu Zona de Confort sino por el contrario la has extendido desarrollando tus capacidades, rompiendo la apatía y la pereza.